viernes, 9 de mayo de 2014

Escrito por Danz en , | 3:16 p. m. Sin comentarios
¿Para qué leer libros? 

En serio, pregúntense a ustedes mismos, ¿por qué leo libros? Estoy seguro que aquellos versados en la lectura alcanzarán una respuesta rápida; placer, entretenimiento, búsqueda personal. Aderecen estos razonamientos como ustedes deseen. Habrá personas que el interés por la lectura sea para adquirir conocimientos en cualquier área, o para conocer hechos históricos a través de una novela; en fin, hay muchísimas maneras y objetivos para acercarse a un libro. Sin embargo, existe un grupo de personas (sobre todo Godínez neo-liberales) que se acercan a la lectura de una manera que me llama mucho la atención.

"Si leo la biografía de Steve Jobs, ¿llegaré a ser como él?" 

Yo no soy un Godínez cualquiera... 

El Godín promedio es alguien que vive la vida en base a horarios de oficina. Parecería que esto le crea una estructura mental cuadrada, llena de esquemas y de objetivos mensuales para aumentar la productividad. Esta persona, si no es lector ya, se acerca a los libros con la pretensión de un oficinista; quiere que el libro le ayude a mejorarse como Godín, a alcanzar ese retrato de empleado del mes y que le de mayor competitividad dentro del mercado. Es decir, el libro le tiene que dar una habilidad, una herramienta, una oportunidad para emprender. En el caso de los que se acercan a la literatura (donde la batalla por una productividad está perdida) buscan el placer de aprender algo. Buscan la moraleja. 

"Empleado del mes, ¡aquí voy!"

"Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí" - A. Monterroso

Aquí la moraleja es; nunca olvides cerrar la puerta de tu habitación cuando visites parque jurásico.


¿La moraleja de leer?

Lo bonito de la lectura es la libertad de elegir como aproximarse a ella o que buscar de ella. Lo que me llama la atención de este grupo de personas es la estrechez con la que se acercan a ella. Esta búsqueda de la enseñanza moral a través de la lectura los aleja de la carne de la literatura. El adentrarse en el mundo basto de la condición humana. La reflexión, por mínima que sea, genera mayor productividad que una moraleja del cuento el Dinosaurio. 

Al final, al grupo de personas lectoras, lo más importante es seguir sintiendo esas ganas de leer y explorar los diversos autores. Y si de casualidad aprendemos algo, fue pura coincidencia. Leer no nos hace mejores personas, es solo una acción de búsqueda, de entretenimiento, de frescura, de relajación, de un gran etcétera. Lo que encontramos durante esa lectura, lo que pensamos, lo que reflexionamos es lo que podrá darnos ese plus moral de ser "buenas personas". 


"Moraleja; aprender a leer antes de intentar leer"


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